Carlos es mi hermano mayor, pero a la vez es mi hermano “pequeño”. es un niño de 3 años en un cuerpo de 23. Es muy afectuoso con todos, te conozca o no.
Padece desde muy pequeño una enfermedad rara llamada “Síndrome de West”, que después ha evolucionado a un trastorno del espectro autista. Además, sufre epilepsia fármaco-resistente, todo lo cual le hace una persona totalmente dependiente y que necesita la supervisión permanente de otras personas que lo ayuden en el desempeño de todas sus actividades diarias.
Él es feliz cuando está acompañado y te lo transmite de forma totalmente desinteresada, a través del lenguaje corporal (abrazos, besos…) y con un lenguaje verbal que, aunque es reducido, es muy expresivo. Le gusta mucho estar con la familia, porque siente que estamos siempre pendientes de él. También con sus compañeros del centro de día y amigos en sus actividades de ocio. Pero cuando no podemos darle lo que quiere, se frustra y se enfada como un niño pequeño, ya que no comprende que hay cosas que a veces no pueden ser y es por ello que necesita muchos recursos y ayudas permanentes.